jueves, 3 de agosto de 2017

La música de raíz americana y el powerpop confluyen de forma ejemplar en el “Seven seasons” de The Brass Buttons

Portada
En matemáticas, la intersección de dos conjuntos, o incluso más, crea otra colección de elementos de partida en la que tienen cabida los aspectos comunes.  Aplicado a la música, The Brass Buttons sería ese esencial conjunto resultante de combinar parámetros  del powerpop con los de la música americana. Desde luego no son los primeros en llevar a cabo, de forma magistral, una operación tan enriquecedora como ésta; pero sí que se nos antojan como una de las formaciones más convincentes y emocionantes de nuestra escena. Su fascinante proyecto pasa necesariamente por mejorar la fusión con detalles propios que evidencian su talento. Una impronta que distingue a esta banda del Puerto de Santa María (Cádiz) y les sitúa en lo más alto, incluso, de la escena internacional. Acaban de editar un nuevo disco con el título de “Seven seasons”  con el sello Rock Indiana,  otra herramienta básica en la formulación de cualquier teoría sobre el pop poderoso en España. El álbum contiene doce temas propios de una belleza inusitada, más una versión de Neil Young, que te pondrán los pelos de punta, con melodías que resultan tremendamente conmovedoras gracias a la magnífica voz de su cantante solista y la compenetración perfecta de una banda muy inspirada. 

Trayectoria


The Brass Buttons son María Palacios a la voz principal, David Gómez-Calcerrada a las guitarras y voz; Víctor Navarro a las guitarras, voz, teclados y programación; Juanlu González al bajo; David Ponce a la guitarra eléctrica; y Pedro Misas a la batería. Con el nombre del tema de Gram Parsons incluido en el disco "Grievous Angel" (1974), empezaron su carrera musical en el mes de agosto de 2005, cuando Víctor Navarro a la guitarra y Juanlu González al bajo, tras la disolución de Driver 8, deciden montar una nueva banda. Inicialmente se incorporaron a la formación: María Palacios y María del Mar Armario en las voces, David Ponce y David Gómez en las guitarras, Antonio Serrano en la batería y Nacho Gómez en los teclados. Durante 2006 Nacho y María de Mar abandonaron el grupo.  En julio de 2007 entraron a grabar su primer disco titulado "Wet behind the ears" en el estudio de Paco Loco, un proceso que se completaría un año después. En diciembre de 2008 Rock Indiana edita el disco e inmediatamente se convierte en uno de los trabajos más aclamados del sello tanto por parte de crítica como de público. Tras nueve meses presentando el disco, el grupo empieza a dar forma a un nuevo proyecto musical y visual, impulsados por la magnífica relación con el ilustrador madrileño José Fragoso. De este modo crean un CD-Cómic de título "S.O.S. Songs from Outer Space".  Las canciones tratan sobre una historia de amor, amistad y remordimientos, interpretados a través de las vivencias de su protagonista, el capitán Sid Rocket, cuya vida transcurre en el contexto de una futurista guerra interplanetaria. Las letras de las canciones, una de ellas con el título de este blog, Magic Pop, forman los  textos del cómic con ilustraciones del mencionado José Fragoso. 

Contraportada
Tras un parón obligado por vicisitudes varias, se incorpora un nuevo baterista, con Pedro Misas, y graban un nuevo disco, este "Seven Seasons".  El disco se grabó y arregló por la banda, con la colaboración de Paco Loco a la guitarra en “Miss you Alan” más percusión. Los temas son de Víctor Navarro menos “Secrets” que es de todo el grupo. Lo produjo Paco Loco y la banda en el Puerto de Santa María donde se masterizó en Kadifornia con Mario G. Alberni. El artwork e ilustraciones con su ballena y motivos marinos varios son de José Fragoso. El libreto interior del Cd contiene también las letras de los temas. A destacar que está dedicado a amigos y familiares más el personal de la novena planta de hematología del Hospital Puerta del Mar de Cádiz.    

Las canciones

The Brass Buttons. Foto de su facebook  
El disco empieza con “Lady Lighthouse” , ese faro que guía en la noche de los corazones rotos, con final trágico. Una canción en la que ponen de manifiesto su habilidad para desarrollar una melodía conmovedora, tan bien interpretada por su cantante, arropada por una gran banda. Guitarras espaciosas entre riffs magníficos, punteos dulces, acordes consistentes, un par de solos de una profundidad espectacular, entre ritmos bien muy calibrados, más ese estribillo que logrará estremecerte son algunas de las señas de identidad de la primera de las canciones de tan sobrecogedor álbum.

Sigue con “Seven Seasons”, otra maravilla de canción, (aunque, cuál no lo es!), en la que los Brass Buttons aúnan un perfil country con una sensibilidad pop para explicar todas esas cosas que “son nuevas para mí. Gracias a ti, mi vida tiene diferentes puntos de vista. Siento que he cambiado…”.  El tema es un juego con el nombre de un local especial en la vida de su compositor.  Una canción entrañable que logrará  ponerte los pelos  como escarpias por todas y cada una de sus excelencias: desde ese solo fascinante de guitarra a la voz principal pasando por los recursos rítmicos tan bien definidos. A continuación nos ofrecen “Bye, bye, bye”,  canción que arranca con la acústica a la que se suma el órgano más el recitado con el que van creciendo rítmicamente para contarnos una historia en la que te levantas y te sientes Superman, pero que tienes empezar por el principio, diciendo adiós a los sueños, para sentirte que pese a todo, estás vivo. Añaden unos efectos de cuerda que profundizan en el valor melódico de esta cariñosa canción que nos lleva al siguiente corte con el título de “Moby Dick”. Con el nombre de tan popular personaje, “el maestro de las obsesiones que se esconde en cada persona”, nos ofrecen una dosis de powerpop rabioso, entregado, en el que las guitarras se compenetran con la batería y el bajo, para ejercer una presión sonora sobre la que se luce una vez más la voz principal con la que quizá “puedas luchar con una espada de madera”.    

Detalles del artwork 
Con “Christmas clouds”, rodeado de amigos que te quieren y te protegen, la banda despliega sus encantos melodiosos, incluido todo un solo de clavicordio con el que la canción adquiere unas cotas pasionales ciertamente inmejorables, entre cambios rítmicos y juegos lisérgicos en las segundas voces en absoluto desdeñables.  Llegamos de este modo a la mitad del disco con “Miss you Alan”, una canción en la que se extraña a un ser querido. Una magnífica composición de pop marcada por efectos de “theremin” y ritmo marcado al que se suma la fabulosa voz solista y esa guitarra poderosa que construye frases de una brillantez indiscutible.  

“Gene my dear” es un tema en el que se manifiesta la capacidad que tienen algunas personas especiales para complicar las cosas, sin tener en cuenta a los que les quieren. Con ese nombre nos viene a la mente el gran Gene Clark. Para ello adoptan una estructura de canción dulce de folk mediante una fantástica guitarra acústica que acompaña a la voz principal creando una ambientación sonora conmovedora a la que añaden una segunda voz, y teclados en varias sonoridades y efectos, para despegar con una rítmica magnífica que redimensiona el tema para regresar al intimismo del principio hasta el final.      

Mediante “Second to none”, se nos presentan los Brass Buttons más enérgicos con esa andanada de guitarras iniciales y el pulso contundente de su sección rítmica sobre la que la cantante ejerce de solista con gran brillantez. Un tema de amor hipnótico, con alguien insuperable, tratando humildemente de vivir la vida. Crescendos pasionales complementan  los arreglos entre coros, punteos, y golpes rítmicos vitales. “Secrets” tiene otro de esos arranques de guitarras impresionantes, trenzando varias líneas sonoras, a dos voces solistas, chico y chica especialmente sensibles para detallar este tema de amor, entre ausencias y deseos, esperando el regreso de la persona amada al lugar al que pertenece.  La enésima maravilla creativa que disfrutarás en un álbum tan completo y edificante como este, en la que no falta detalles de armónica “americana” y esa descomunal guitarra solista que completa las armonías con figuras excelentes repletas de pasión con crescendos de batería ejemplares.  

The Brass Buttons. Foto de su facebook 
Le sucede “Summertime”, cuya letra está inspirada en textos de Charles Bukowski.  Un tema que contiene guiños de blues y country añejo dando ese toque canalla a un tema que pide ser bailado y coreado con indiscutible entrega para sentirte “un perro afortunado” entre la nada absoluta, atrapado en un nuevo verano, quizá deprimido en tu habitación.  Vamos acercándonos al final con “Come soon”, la más “americana” y quizá amorosa de todas las canciones, con toda la extrañeza posible, de nuevo a dos voces, en una magnífica exhibición de recursos creativos propios, con arreglos luminosos, enternecedores, repletos de matices que convierten el tema en inolvidable.  Cierra el album “Things to say”, mediante un envolvente combinado de órgano, acústica, y voz, que crecen en la inmensidad del universo del alma hasta desenredar lo complicado que pueden resultar las relaciones interpersonales. El paso del tiempo, los recuerdos, los deseos no cumplidos, el fin de la inocencia concentrados en un tema que logrará hacerte emocionar hasta lo indecible, entre momentos de armónica y una sentimental cuerda añadida. 

Para acabar un bonus tracks: “Winterlong” es una versión del tema de Neil Young, aparecida en el disco “Música en la playa” (70 aniversario Neil Young).  En este caso, los Brass Buttons logran adaptar tan sentimental  tema a su peculiar micro universo de corazones enormes e ideas conmovedoras, con esa absoluta compenetración entre la banda y su voz principal, sin olvidarnos de los detalles solistas de guitarra igualmente especiales. Una exquisitez sin parangón alguno que cierra tan maravilloso trabajo discográfico.    

Reflexión final

The Brass Buttons. Foto de su facebook
En este impresionante disco titulado "Seven seasons" podemos hallar varias situaciones en las que The Brass Buttons nos hablan de la pérdida de la inocencia, ese paso vital que tanto puede llegar a resultar obsesivo para la sociedad contemporánea. Una circunstancia existencial, que cada uno vive a su manera, en la que la realidad cotidiana resulta ser una camisa de fuerza como ya apuntaban en su libro “Cordura, locura y familia” los psicoanalistas de los sesenta, R.D. Laing y A. Esterson.  La visión de los Brass Buttons afronta esa frustración y sus planteamientos resultan tan realistas como emocionales, tan íntimos como explosivos; expuestos con la misma destreza que logran combinar las dosis exactas que conforman los parámetros de la música americana con el pop poderoso. Sus canciones de amor, su percepción de las relaciones interpersonales, de la amistad, de los deseos y de las ausencias, te conmoverán en sobremanera.

Los temas están repletos de cualidades solistas y de grupo tan destacables como originales, bien sea recreando arreglos intensos y enérgicos como dando vida a situaciones dulces y altamente sensibles. En toda su obra, y ahora más que nunca, la poesía y la música se hermanan en un proceso lírico único, sensacional, repleto de matices propios moldeados por unas mentes privilegiadas capaces de dar vida a combinados melódicos y rítmicos que se acercan muchísimo a lo que cualquier melómano sensible entendería como la canción perfecta.     

Nota: Puedes escuchar el disco en el bandcamp y adquitir una copia del Cd en Rock Indiana. El viernes 4 de agosto de 2017 la banda presentará oficialmente su nuevo disco en la Sala Milwaukee del Puerto de Santa María. La entrada con consumición será de 5€, con promoción especial de 12€, incluyendo copia física del disco en Cd. (+ info).

2 comentarios:

  1. Mi mujer y yo estuvimos en el concierto de Milwaukee, hay que decir que por casualidad, pero salimos encantados y con un grupo al cual seguir.

    Increíbles los discos y este último espectacular.

    Juan Luis.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Juan Luis por tu comentario, qué envidia me dais por haberlos visto en directo, seguro que fue magnífico.

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