jueves, 29 de diciembre de 2011

Martin & The Julians, revolución modernista con "Margaret, Garland and Monk"

Martin & The Julians han editado recientemente un Ep con cuatro excelentes canciones bajo el título genérico de una de ellas, ‘Margaret, Garland and Monk’. Se trata de un disco en el que nos hablan, como ellos dicen, sobre “el mundo de ahora”. Editado en vinilo y Cd por United for Utility, con la impactante portada de un joven rodeado de alambradas, se suma al repertorio conceptual de estos granadinos que se mantienen fieles a unos principios de “working class” creados a base de riffs contagiosos y letras reivindicativas.

La primera vez que oí al grupo Martin (después Martin & The Julians), allá por 2007, supe de inmediato que su música era el combustible ideal para satisfacer las inquietudes de cualquier amante de la independencia y la acción. Este grupo granadino es uno de los exponentes musicales contemporáneos que podríamos considerar, como mínimo, afines al movimiento modernista tanto por su actitud como por sus referentes. Su contagiosa y convincente capacidad rítmica y melódica es ideal para reforzar unos versos afilados que nos hablan del presente, de sus inconvenientes, de las injusticias sociales pero también del orgullo individualista por mantener la cara bien alta y posicionarse frente a la indeseable alienación cultural.

Cuatro años después de su debut discográfico, siguen procurándome la emoción necesaria para mantenerme fiel a sus parámetros artísticos que vienen implementando con nuevas canciones extraordinarias. Martin empezó siendo un proyecto arriesgado de dos músicos Chema y Chilín, ambos procedentes de los ya desaparecidos Dayfriends, acompañados de algunos colaboradores como Carlos, Pruden, y Jimmy. Con ellos grabaron su primer álbum, bajo el título de “La Vida en General” que se editó en 2007 de la mano de la discográfica El Ejército Rojo. Destacó por un sonido procurado con destreza por esas guitarras Rickenbacker de 6 y 12 cuerdas, a las que añadieron toques de farfisa y sintetizadores. Una base sólida, con influencias del revival mod y el punk de finales de los setenta, a la que añadieron la voz de ambos hablándonos de temas como “el anarquismo y el movimiento de la clase trabajadora” pero también “de un día normal”. Mencionado en revistas especializadas de prestigio, ese álbum causó gran sensación a nivel nacional y les abrió las puertas de algunos importantes escenarios.

Dos años después, Martin engrandecía su proyecto artístico con los Julians, una banda de acompañamiento en la que figuraban, ya a la batería, Jesús más una sección de metal formada por Fernando, Enrique y Ángel, y unos teclados a cargo de Vanesa Spin de los Teenagers. Grabaron en el año 2009 un segundo álbum con el título de “Es lunes al fin”, en esta ocasión con la discográfica “United for Utility”. Se trata de un disco en el que inciden, una vez más, en la realidad cotidiana con una impactante percepción existencialista de la vida, mediante temas tan potentes como sugerentes, cargados de actitud y propios de ese “ambiente proletario de pub” como ellos mismos lo definen.

A finales de 2011, y en la misma discográfica, ve la luz este Ep que contiene cuatro temas grabados, de nuevo con las míticas Rickenbacker como principal pilar instrumental a cargo de Chema a las guitarras y Chilín al bajo más Jesús a la batería. Fue concebido en los Pig Studios con Jesús G. Roldán, y Javi P.P.M. a la producción más el master a cargo de Chris von Sneidern. Este disco se inicia, en su cara A, con el espléndido tema ‘La Semana del viernes’. Una canción en la que el grupo reafirma su estilo tan característico mediante esas guitarras tremendamente melódicas, empujadas con descaro punk por una rítmica frenética, que consiguen adentrarte en un ambiente altamente expresivo y sobre todo enérgico. Música “anfetamínica” ideal para explicar grandes historias personales mediante situaciones delimitadas con las siguientes palabras: “odio y miedo en cada paso que das, te dicen: no hay trabajo para ti”, y otras como: “Lo que buscas, no lo vas a encontrar en los libros que aprendiste en la escuela”. Le sigue el tema “Botas de Goma”, una canción inspirada por el “Maybe Tomorrow” de los Chords, el “Time for action” de los Secret Affair y el “Little boy Soldiers” de los Jam. Tres legendarios referentes para construir una acción original mediante otros tres ejes narrativos alrededor de la “ciudad”, la “autopista” y “mirando el barco que van a hundir”.

La cara B se abre con el tema que da nombre al disco, “Margaret, Garland and Monk”. En este corte, nos relatan la auténtica ausencia de posibilidades en la vida real pero también nos recuerdan que, aunque nuestra concepción sea la de un observador sentado en la ventana, “piensa por ti mismo” porque al fin y al cabo “formas parte de lo que das”. Tras este tema tan convincente y rabioso, nos ofrecen una estupenda versión del conocido “Tommy Gun” de los Clash con letra adaptada por Chilín a modo de réplica al mismo Joe Strummer, y a su microuniverso de lucha personal a favor del sandinismo o el pacifismo. Una adaptación sorprendente, sin contemplaciones que valgan, en el que no falta hasta un grito por una “Andalucía Libre”. Martin nos hablan de un Tommy Gun, en realidad un Joe Strummer convencido que el mundo le ha marginado para acabar olvidando a los de su clase.

Sin duda, las canciones de Martin & The Julians recuperan los esquemas sonoros y rítmicos del punk y mod revival, hasta el folk más virulento, de finales de los setenta pero a su vez consiguen dimensionarlas con su buen criterio y un estilo tan propio como sumamente original. Su forma de tocar, componer, reivindicar, denunciar e incluso de presentarse en sociedad, les hace ser tan especiales como únicos en el panorama actual. Si escuchas su música te cerciorarás de inmediato que estos Martin & The Julians reviven a los Jam, a los Dexy’s Midnight Runners, o a Billy Bragg con imaginación y sobrada actitud, y nos ofrecen su legado de “working class” de forma impecable y convincente. Y lo consiguen en el momento preciso en el que la inteligencia corre peligro de angostarse entre la depresión social y la crisis económica. Precisamente por ese riesgo tan acuciante, su música es tan necesaria en estos tiempos que corren de angustia personal y colectiva. Sus propuestas musicales son elegantes, divertidas pero también reivindicativas, y comportan un claro compromiso con esa realidad social más justa a la que todos y todas aspiramos para ser más felices y libres.

Para adquirir una copia de este imprescindible Ep, puedes acceder a http://www.martinfanclub.com/

domingo, 18 de diciembre de 2011

Sonido Alfredo presentan su segundo Lp de tropicalismo punk asturiano

Portada
Sonido Alfredo son un trío de músicos con todas sus posibilidades artísticas escrupulosamente estructuradas para manifestarse en todo su esplendor en cada una de sus canciones. Quiero decir con ello que son una banda donde los tres instrumentistas tienen un papel asignado y bien trabajado dentro del resultado conjunto. De este modo, tanto la batería como el bajo como la guitarra adquieren su protagonismo en cada una de las 10 canciones que conforman este sorprendente segundo Lp editado en 2011 por Discos Humeantes.

Los tres músicos de Sonido Alfredo proceden del valle asturiano de Alto-Aller y actualmente residen en Oviedo. Con el objetivo de perseguir un proyecto musical sin demasiadas pretensiones más allá de pasar un buen rato, en 2005 se unieron el baterista Pablo Muñiz Pérez con Ángel Herrero Tejón, bajista que había pasado a la guitarra, a los que pronto se añadiría el hermano de Ángel, Ignacio Herrero para hacerse cargo de las cuatro cuerdas. Nacía el Sonido Alfredo como seña de identidad de estos tres músicos dispuestos a aportar al mundo del rock and roll un estilo propio bien definido con unas influencias “garage” y toques “punk” pero con la inquietud de ir más allá del revival y en especial de los cuatro acordes más que previsibles. Primero fue una maqueta y al año, en 2007, entran en los estudios de Circo Perrotti donde graban nueve temas que se recogen en un CD. Más tarde añaden cuatro temas más, con Mike Mariconda y Jorge Explosión a la producción, y en 2008 sacan un primer Lp con el título de “Sonío Fredo”, en el que destaca visualmente un curioso art-work, en vinilo transparente, para un 12” a 45 rpm. Ese Lp, distribuido por Discos Humeantes, se agotó gracias a la excelente respuesta que obtuvo entre el público y las buenas críticas que ensalzaron con razón ese sonido que sentaba las bases de un grupo furioso pero muy convincente, con canciones memorables como ‘Mata al Bolas’, ‘Checho en NY’, o ‘Krápula’.

Sonido Alfredo
En 2010 vuelven al estudio del Circo Perrotti donde graban 10 nuevos temas que editan de nuevo con Discos Humeantes, sin título, y con una tirada de 500 copias en vinilo de 12” también a 45 rpm. En esta ocasión destacan un par de dibujos en portada y contraportada, obra de Pedro Vera, artista murciano autor del conocido Nick Platino y de la serie Ortega y Pacheco que publica El Jueves desde los noventa. La portada es una recreación de la conocida escena mediática de John Lennon y Yoko Ono en la cama hablando de paz para el mundo, cuya historia se reinterpreta y son los tres asturianos quienes, disfrazados con pelucas, acompañan a la Yoko mientras John yace en el suelo con una guitarra partiéndole la cabeza. El otro dibujo recrea a los músicos con el traje regional asturiano.

En este segundo disco incluyen una versión del ‘Das Model’ de Kraftwerk que reinventan para ubicarla dentro de sus emocionantes esquemas musicales. El resto de temas son originales y confirman que el Sonido Alfredo tiene denominación de origen y resulta difícil encasillarles en ninguna corriente que nos permita saber, con innecesaria seguridad, hacía donde va el río y encima con esos salvajes remolinos tan imprevisibles que nos ofrecen en cada tema. Este segundo álbum está repleto de detalles de calidad ya sea con la voz de Parsley The Lion (Solar Flares y Adventures of Parlsey) presentando el trío tras un magnífico tema como es ‘Rock de Estadio’; con guitarras persuasivas en canciones como ‘Telediario negro’ o ‘Rosita’; más baterías precisas y contundentes como en los instrumentales ‘Normal man’ y ‘Gilibili’; líneas de bajo que encienden los ánimos; tratamientos punk siniestros como en ‘Rocker 666’ o ‘Ovni’ y finales asombrosos como esa ‘Charanga’ que cierra el disco con toques de tropicalismo demencial tal y como se abría con la genial ‘Loli Tropical’ que destaca por su estribillo exquisito.

Sonido Alfredo
Habrá quien interprete su música con los parámetros “sixties” del garage punk: otros notarán la mano “explosiva” en la producción; e incluso es probable que algunos destaquen una apuesta más calmada y melódica que el primer disco, aunque no exenta de toques arriesgados que definen esquemas poco complacientes. Sea cual sea la forma de explicar con palabras las sensaciones experimentadas con este álbum, estoy convencido de que, si se escucha con atención, se coincidirá en destacar su vibrante apuesta por un rock and roll nada contemplativo, muy original, con tratamientos rítmicos que evolucionan de lo latino y letras sensacionales cercanas a la demencia poética, que consiguen comunicar, y van dos veces, un compendio musical tan excelente como es el del Sonido Alfredo.

Nota: Puedes escuchar el disco de Sonido Alfredo en el bandcamp.